El Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos de interés en 0,25 puntos (25 puntos básicos) hasta el 3,25%, niveles que no se veían en la tasa de depósito (donde los bancos aparcan su liquidez) desde julio de 2008. De este modo, el BCE afloja el ritmo de subidas, pero marca diferencias con la Reserva Federal de EEUU, asegurando que "el BCE no está en una pausa, esto que quede claro", ha espetado la presidenta de la institución, Christine Lagarde. El banco central americano acumula dos reuniones consecutivas con subidas de 0,25 puntos y ha podido hacer cumbre, mientras que el BCE aún tiene recorrido por delante.
El resto de tipos principales también suben en 25 puntos básicos. El tipo principal de refinanciación sube al 3,75%, mientras que la facilidad marginal de crédito (ventanilla de emergencia donde acuden los bancos a pedir liquidez) asciende hasta el 4%. Christine Lagarde ha señalado en la rueda de prensa que las subidas de tipos van a continuar porque la inflación en el sector servicios y la alimentación sigue muy viva.
"Nosotros no dependemos de lo que haga la Reserva Federal, no somos 'Fed-dependientes' para tomar nuestras decisiones", ha asegurado Lagarde en una de las múltiples respuestas a los periodistas. Lo cierto es que las dudas sobre el movimiento final del BCE eran muchas. Algunos analistas aseguraron que hacer un vaticinio sobre la subida de tipos era como "lanzar una moneda al aire". Lagarde ha confirmado que la disputa se mantuvo viva hasta el final.
"Unos pensaban que era apropiado subir 50 puntos básicos y otros 25, pero no escuché a nadie pedir cero", ha precisado la presidenta del BCE.
¿Por qué ha rebajado el ritmo de las subidas el BCE si la inflación sigue muy alta? Aunque los precios siguen mostrando unas tasas de variación obstinadamente elevadas, las primeras grietas en el sistema financiero ya han aparecido, mientras que el crédito se está 'secando'. Ambos factores hacen prever a los expertos del BCE que la demanda dejará de ser un problema para la inflación en los próximos meses. "Al mismo tiempo, las pasadas subidas de tipos se están transmitiendo con fuerza a las condiciones monetarias y de financiación de la zona del euro, mientras que los retrasos y la intensidad de la transmisión a la economía real siguen siendo inciertos", sostiene el comunicado".
Por otro lado, la reciente caída de la energía (sobre todo del petróleo y el gas) promete transmitirse (si no lo ha hecho ya) a los precios de producción, lo que poco a poco permitirán que los precios al consumidor (el último eslabón de la cadena de precios) se vayan moderando. Fue la energía la que prendió la mecha de la inflación en 2021 y parece que también será este componente el que ayudar a apagar el fuego.
De este modo, el BCE ha elevado el precio del dinero en 3,75 puntos porcentuales (375 puntos básicos) desde que diese comienzo la carrera por subir tipos en julio de 2022. Aunque el instituto monetario europeo comenzó más tarde a luchar contra la inflación que la mayor parte de bancos centrales, el movimiento no tiene parangón en la corta historia del euro.
Ahora, se espera que el BCE siga subiendo los tipos de interés, al menos, hasta julio, recortando así terreno a otros grandes bancos como la Fed de EEUU, que tiene los tipos de interés en una horquilla del 5 y el 5,25%. Mientras que en la Eurozona no han terminado las subidas de tipos, en EEUU ya se especula con cuándo comenzarán a bajar. La primera economía del mundo se enfrenta a una crisis importante en su banca mediana y regional.
La inflación sigue apretando
Aunque el BCE ha levantado el pie del acelerador, la inflación sigue apretando. El IPC en abril en la Eurozona se situó en el 7%, una leve subida que mantiene alerta al banco central. Pese a que todo hace indicar que los precios deberían seguir moderándose, el BCE seguirá endureciendo su política monetaria para que la inflación se sitúe de forma sostenible y sostenida en el 2% interanual. Una inflación excesivamente elevada distorsiona la economía y afecta especialmente a las rentas más bajas, por lo que urge devolver los precios a una senda sostenible.
¿Cómo ayuda una subida de tipos a lograr el objetivo de inflación? A la larga, una política monetaria restrictiva ralentizará la economía en general. El crédito se encarece y el dinero en circulación disminuye. El crecimiento del dinero real lleva un tiempo disminuyendo bruscamente y el crédito concedido tanto a los hogares como a las empresas no financieras se ha ralentizado.
Además, las subidas de tipos está generando problemas en el sector financiero, que a la postre es el que engrasa la economía a través del crédito: "Las últimas tensiones en el sector bancario deberían haber endurecido las condiciones de financiación, de modo que cualquier otra cosa que no sea un endurecimiento de las normas de concesión de préstamos sería una sorpresa cuando se publique el próximo martes la encuesta sobre préstamos bancarios correspondiente al segundo trimestre", sentencia Karsten Junius, economista jefe en J. Safra Sarasin Sustainable AM.